
En medio de un contexto económico nacional adverso y con fuertes señales de recesión, los intendentes de la provincia de Santa Cruz encendieron las alarmas por la abrupta caída de los ingresos por coparticipación nacional y provincial. La merma, sostenida desde el inicio del año, empieza a poner en jaque las finanzas municipales, aún lejos de haber sido saneadas, y con el desafío diario de sostener servicios, cumplir con compromisos salariales y atender las urgencias sociales.